.CASO.3 LA FAMILIA TURPIN:
David y Louise Turpin, de nacionalidad estadounidense, vivían en Perris, California, junto a sus 13 hijos a los cuales mantenían en condiciones inhumanas, cuyas edades estaban entre los 2 y los 29 años, vivian en un entorno de abuso extremo y aislamiento total.
El 14 de enero de 2018, una de las hijas, Jordan Turpin, de 17 años, logró escapar de la casa y establecer contactó con la policía, a la que le describió las condiciones inhumanas en las que vivían y les rogo que la ayudaran. Jordan había planeado su huida durante 2 años junto con el resto de sus hermanos y, al salir por una ventana, llevó consigo un teléfono móvil para pedir ayuda. Cuando los agentes llegaron al lugar, descubrieron una escena aterradora: los hijos de los Turpin estaban encadenados a sus camas, malnutridos y viviendo en condiciones deplorables. La hija mayor, Jennifer Turpin, de 29 años pesaba a penas
37kg. Algunos de ellos, aunque eran adultos, aparentaban ser menores debido a su estado físico.
La investigación y los testimonios de los niños, revelaron que los niños eran alimentados una vez al día y se les permitía ducharse solo una vez al año. Además, estaban aislados del mundo exterior y no conocían conceptos básicos como la medicina o la policía. Los padres, David y Louise Turpin, habían sometido a sus hijos a años de abuso físico y psicológico, manteniéndolos en cautiverio bajo estrictas reglas.
Tras el arresto de los Turpin, ambos se declararon culpables de múltiples cargos, incluyendo tortura, abuso infantil y encarcelamiento falso. En abril de 2019, fueron condenados a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional después de 25 años. Los hermanos Turpin por fin eran libres y aunque aun les quedaba un largo camino para recuperarse tanto física como emocionalmente .
Este caso dejó al descubierto fallos en el sistema de protección infantil y generó un debate sobre cómo prevenir situaciones similares en el futuro.
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